Las hayas (Fagus sylvatica), son especies que necesitan abundante humedad y temperaturas poco elevadas de ahí su preferencia por las zonas más umbrosas de las laderas de la montaña.
A 9 km aproximadamente del municipio de Riaza se localiza el puerto de la Quesera, frontera natural entre las provincias de Guadalajara y Segovia. En la parte de Segovia que corresponde con la cara norte del puerto localizamos un bosque de hayas, denominada Hayedo de la Pedrosa, en un estado de conservación óptimo y que caracteriza el medio natural del puerto. Presenta una superficie de alrededor de 87 km2, situados en alturas comprendidas entre los 1500 y 1700 m. Este rango tan amplio de altura y la superficie que ocupan es consecuencia de la aparición de individuos dispersos por toda la ladera.
Destacan individuos de tamaños medios enclavados en pendientes elevadas, que define la gran capacidad de asentamiento de la especie en terrenos abruptos y con climas poco favorables como los de montaña. Entre los individuos de hayas discurre el río Riaza, afluente directo del río Duero, que nace en este puerto y que aporta la humedad necesaria para que las hayas puedan sobrevivir.
En épocas otoñales cuando el color de su follaje varía de tonos verdosos a tonos anaranjados, ofreciendo un contrate cromático de extraordinaria belleza.
Añadido a la belleza de la hayas, destacamos la panorámica que se aprecia desde este bosque, pudiendo disfrutar de las vistas del valle del río Riaza, con su embalse situado aguas abajo, el paisaje de montaña cercano al mismo y en la lejanía Riaza y otros pueblos situados en la planicie Segoviana.
Estos aspectos se han convertido en un recuso turístico, que aglutina en determinadas épocas del año un gran numero de visitantes.
Pero en la ladera Segoviana no solo habitan las hayas en altura, éstas se encuentran acompañadas por sotobosque de brezo y arándanos y además de distintas herbáceas. Descendiendo en altura empiezan aparecer otras especies vegetales, como robles, que abundan por el resto del monte riazano.
Por la singularidad del terreno, por el estado de conservación, por la belleza de su paisaje se ha incluido este territorio en la Red Natura 2000, lo que se deduce que la zona posee un gran valor ecológico que necesita ser conservado.