Jesús entra en Jerusalén montando en un asno, y es aclamado por la gente que le acompaña. Nosotros también lo hacemos muy conscientes de que este Jesús a quien aclamamos con nuestros ramos será condenado a muerte por su fidelidad al camino del amor de Dios. Por eso, nuestra aclamación es una afirmación de fidelidad a ese camino.
12:45 Bendición de Ramos en la Plaza Mayor
13:00 Santa Misa en la Iglesia